Las estufas son esenciales para todo tipo de preparación y análisis de muestra, que permiten analizar o efectuar pruebas de resistencia a la temperatura para la fabricación y transformación de diferentes materiales, como: metal, plástico, goma, madera, entre otros, pues se necesita de calor para poder evaluar estos productos en diferentes niveles y procesos: para cocer, secar, fundir, dilatar, desgasificar.
En general la mayoría de los modelos de estufas para laboratorio alcanzan entre los 200 y 300ºC.
Además, en todas las estufas de laboratorio hemos incorporado una muy importante característica a destacar la clase de seguridad 3.1, según la norma estándar DIN 12880. Esta normativa nos indica que para la clase 3.1. es necesario un segundo nivel de seguridad con control independiente al que regula la temperatura de la estufa. Esto implica el uso de dos sondas de temperatura independientes controladas mediante dos sistemas, también independientes. Uno para regular la temperatura de trabajo y otro para caso de accidente o incendio.
La funcionalidad de este sistema de seguridad se basa en un sistema físico que lleva a desconectar de forma mecánica el instrumento de la corriente, si se da un caso de sobre-temperatura.
Las estufas en los laboratorios son muy útiles no solo para el tratamiento de muestras o materiales, sino también para la eliminar cualquier posibilidad de tener actividad biológica. Además, gracias a las estufas comercializadas por LabProcess, y gracias a la alta calidad de las resistencias y su colocación en las estufas, así como el riguroso control realizado constantemente por el microprocesador, se puede contar con la máxima seguridad y precisión en el tratamiento de estos materiales especialmente delicados.