Cada uno de estos elementos de un laboratorio: estufas, incubadoras o cámaras climáticas, tienen unas diferencias técnicas únicas y óptimas para los materiales que se quieren medir, procesar y/o analizar.
Las estufas sólo calientan, pudiendo llegar hasta los 300ºC (de forma estándar en nuestro catálogo); las incubadoras normalmente calientan desde temperatura ambiente hasta 80ºC, niveles de temperatura que se conocen como biológicas, haciendo que éstas sirvan para hacer ensayos dentro de los campos de la microbiología, la biología y la biología celular, entre otros. Estas suelen tener una puerta interior de vidrio para poder visualizar las muestras sin alterar la temperatura interior.
En este sentido, las incubadoras refrigeradas se utilizan para el mismo sector, y se utilizan cuando es necesario trabajar a temperaturas similares o inferiores a la temperatura ambiente. Para lograr una buena estabilidad de temperatura, es necesario sistema de frío que mantenga temperaturas por debajo temperatura ambiente de una forma estable. En nuestro catálogo existe un modelo de incubadora refrigerada de 150litros.
Por su parte, las cámaras climáticas se parecen a las incubadoras refrigerantes en el sentido de la funcionalidad principal, pero estas últimas también regulan la humedad interior, elemento con el que las otras no cuentan.