El pH óptimo en piscinas debe de estar entre un valor de pH de 7,2 a 7,8 pH, ya que en estos valores es cuando los desinfectantes, especialmente el cloro, presentan una mayor efectividad. Cuando nos encontramos ante un agua que tiene un nivel de acidez elevado (pH inferior a 7,0) empieza a producirse una corrosión en aquellos accesorios que forman parte del recinto de la piscina y que están en contacto con su agua; por contra, un agua con un valor de pH demasiado alcalino (> pH 7,8) favorecerá que se formen incrustaciones calcáreas y el cloro perderá efecto desinfectante sobre el agua. Para su medida basta disponer de un pHmetro sencillo, tipo Tester, como los XS, G-PHT1 o el G-PHT5.