El método óptico mide la concentración de oxígeno en base a una medida de tiempo sin deriva. Todo desgaste o decoloración del luminóforo sobre la cápsula del sensor influye en la intensidad, que no a la duración, de la luz roja emitida, la cual depende exclusivamente de la concentración de oxígeno de la muestra. Antes de cada medición, los componentes ópticos son ajustados con referencia a un pulso de luz del LED rojo, que es transmitido exactamente por el mismo camino que la luminiscencia emitida.
Los electrodos amperométricos o galvánicos funcionan determinando la corriente o la tensión resultantes de la reducción del oxígeno a iones hidróxido en el cátodo. Para compensar este “consumo de oxígeno”, las moléculas de oxígeno deben difundirse continuamente en el electrolito. El empobrecimiento de las moléculas de oxígeno muy cerca del sensor solamente puede impedirse agitando la muestra en la proximidad del sensor, pero la conversión de oxígeno está limitada con el tiempo debido a que el ensuciamiento de la membrana impide la difusión y se obtendrán resultados de medida bajos.
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