Biológicamente el oxígeno disuelto es absolutamente esencial para la supervivencia de todos los organismos acuáticos (no sólo peces, también invertebrados como cangrejos, almejas, zooplancton, etc.).
Si los niveles de O2 en el agua bajan de 5.0 mg/l, la vida acuática peligra y si los niveles llegan a valores de 1-2 mg/l, en unas pocas horas podemos encontrar grandes cantidades de peces muertos.
Por todo ello el valor de O2, el cual determinamos a partir de los oxímetros, es un excelente indicador de la calidad ambiental, ya que afecta además a otros factores como los bioquímicos y también estéticos como el olor, claridad del agua, y sabor.
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