En piscicultura es necesario medir la cantidad de oxígeno disuelto en el agua, que dependerá de la especie, de su estado físico, la temperatura del agua (los peces son animales de sangre fría, por lo que ellos utilizan más oxígeno a temperaturas altas, cuando su velocidad metabólica aumenta), los contaminantes presentes, y más.
Consecuentemente por esto es imposible predecir con precisión el mínimo nivel de oxígeno disuelto en el agua para peces específicos y animales acuáticos. Por ejemplo, a 5oC, la trucha usa sobre 50-60 miligramos (mg) de oxígeno por hora, a 25oC, deberían necesitar cinco o seis veces esa cantidad.
La cantidad mínima estimada de oxígeno disuelto, controlada con oxímetros portátiles, que soportara una gran y diversa población de peces, es de 4 a 5 partes por millón (ppm). El nivel de oxígeno disuelto en las buenas aguas de pesca generalmente tiene una media de 9.0 partes por millón (ppm).
En la elaboración de cerveza, los niveles correctos de oxígeno disuelto deberían ser menores a 100 ppb (partes por billón), dependiendo en gran medida de la cantidad de oxígeno disponible durante el proceso de fermentación, estos valores son los adecuados para obtener una cerveza con el color, turbidez, aroma y sabor adecuados. También se obtiene de esta manera, una vida útil más alta. La cerveza fabricada está sujeta a la oxidación y es importante evitar que entre en contacto con el oxígeno en el momento de embotellarla, ya que produciría un cambio en su sabor (producido por la reacción de los polifenoles) e incluso en su color.
El oxígeno interviene de forma crucial en el proceso enológico completo, desde la recogida de la uva hasta el embotellado del vino y define las características sensoriales finales de los vinos. Para producir vinos de calidad, es recomendable la oxigenación controlada de mostos y vinos durante su procesamiento, obteniendo beneficios como la estabilización del color, la reducción de la astringencia y el amargor y el empleo de menores dosis de sulfuroso. Se mide el oxígeno disuelto en el vino con oxímetros portátiles en barricas, depósitos y en botellas (en el espacio de cabeza de la botella e incluso el que entra a través del tapón) y dado que se conoce que cada mg de O2 disuelto es capaz de consumir 4 mg de SO2 libre, nos da la pauta para el ahorro en la adición del SO2, importante para mantener el sabor y aroma adecuado.
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