La turbidez se mide mediante instrumentos llamados turbidímetros. Los turbidímetros convencionales atraviesan con luz una sección de agua y detectan la cantidad de luz dispersada por las partículas del agua en un ángulo de 90 grados con respecto a la fuente de luz. Este tipo de medición de la dispersión de la luz se denomina nefelometría. Estos turbidímetros están diseñados para mediciones de campo o de laboratorio, así como para la monitorización ininterrumpida mediante la configuración de una alarma que se activa cuando los niveles de turbidez alcanzan niveles no seguros.
La turbidez también puede estimarse con instrumentos como el colorímetro o el espectrofotómetro, que miden la disminución de la luz transmitida debido al bloqueo causado por partículas. Estos instrumentos se utilizan a veces para detectar cambios significativos en la turbidez de un sistema de aguas o para el control de procesos.